Una oficina de correos, medio siglo atrás Acompáñeme, querido lector, quiero mostrarle algo. Por acá, sí. Corra el velo que tiene delante, así, muy bien. Pase, aquí lo tiene. ¿Quiere saber de qué trata todo esto? Sea paciente, permítame contarle. Como usted notará, estamos en una oficina de correos atiborrada de gente, como toda oficinaSigue leyendo «Pablo Di Marco»
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Martín Sancia Kawamichi
Shunga. Capítulo I La muerte de Oriko La habitación parecía iluminada por una hoja seca.Era septiembre.—Adiós —dijo Kotaro, y su voz le sonó a insectos atrapados, frotándose entre sí. Quiso repetir la frase pero se detuvo. Bajó el párpado derecho de Oriko, que cedió con facilidad, y dejó el izquierdo abierto, como si aún laSigue leyendo «Martín Sancia Kawamichi»
Héctor Prahim
El pabellón de los animales domésticos Cuando la autodestrucción entra en el corazón,al principio parece apenas un grano de arena.John Cheever, Diarios. Sé que vamos a pelear, Daniela, por más que anoche lo hayamos hecho como hace mucho no lo hacemos, con el impulso antropofágico intacto y el último ardor de posguerra listo, en eseSigue leyendo «Héctor Prahim»
Julieta Dal Verme
Geometrías incompletas PULSIÓN horizontal y sola,me despiertohay un cuadrado de luzen la ventanay un libro de poemassobre mis piernas;tengo la certezade que ninguna palabraque se haya dicho, o escritopudo, jamásconjurar a la muerte o0o ACERCA DEL AMOR te escribí un poemano se tratabade voso de nosotroserasobre las hojasen blancode un cuaderno o0o A TIENTAS LasSigue leyendo «Julieta Dal Verme»
Domingo de Ramos, por Alba Paloma Carrillo
Para escribir: corazón y cerebro El poeta peruano Domingo de Ramos piensa que la poesía, como arte, desnuda el sentir por el uso directo y sin filtro de la palabra y que podría ser capaz de curar heridas profundas al exteriorizar la tristeza. Habla con firmeza respecto a que la técnica no hace al escritor.Sigue leyendo «Domingo de Ramos, por Alba Paloma Carrillo»
Gabriel García Márquez
El ahogado más hermoso del mundo Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la playa le quitaron losSigue leyendo «Gabriel García Márquez»
Clarice Lispector
Amor imperecedero Todavía me siento un poco perdida en mi nueva función con eso que no puede llamarse propiamente crónica. Y, además de ser neófita en el asunto, también lo soy en materia de escribir para ganar dinero. Ya trabajé en prensa como profesional, sin firmar. Al firmar, sin embargo, me vuelvo automáticamente más personal.Sigue leyendo «Clarice Lispector»
Yasunari Kawabata
El crisantemo en la roca Con el fin de averiguar cuál era la naturaleza de aquella roca consulté algunos libros como el Manual en color de rocas y piedras del Japón, de Wada Yaezo y Awazu Hidekoji, pero no encontré nada. En materia de piedras soy un ignorante. Aunque extendiese la guía delante de laSigue leyendo «Yasunari Kawabata»
H. A. Murena
El gato ¿Cuánto tiempo llevaba encerrado? La mañana de mayo velada por la neblina en que había ocurrido aquello le resultaba tan irreal como el día de su nacimiento, ese hecho acaso más cierto que ninguno, pero que sólo atinamos a recordar como una increíble idea. Cuando descubrió, de improviso, el dominio secreto e impresionanteSigue leyendo «H. A. Murena»
Juan Villoro
Los culpables Las tijeras sobre la mesa. Tenían un tamaño desmedido. Mi padre las había usado para rebanar pollos. Desde que él murió, Jorge las lleva a todas partes. Tal vez sea normal que un psicópata duerma con su pistola bajo la almohada. Mi hermano no es un psicópata. Tampoco es normal. Lo encontré enSigue leyendo «Juan Villoro»
Ray Bradbury
El flautista -¡Ahí está!, ¡Señor! ¡Míralo! ¡Ahí está! -cloqueó el viejo, señalando con un calloso dedo-. ¡El viejo flautista! ¡Completamente loco! ¡Todos los años igual! El muchacho marciano que estaba a los pies del viejo agitó sus rojizos pies en el suelo y clavó sus grandes ojos verdes en la colina funeraria donde permanecía inmóvilSigue leyendo «Ray Bradbury»
A. Monterroso, por Frank Arbelo
El dinosaurio. Seis versiones ilustradas “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.” —A. Monterroso [1959]Seis versiones ilustradas por Frank Arbelo, Colombia. Revista Muu+ Enero 2017
Woody Allen
Dos cuentos El secuestro extravagante Medio muerto de inanición, Kermit Kroll entró tambaleándose en el salón de la casa de sus padres, quienes le esperaban ansiosos en compañía del inspector Ford. -Gracias por pagar el rescate, familia -exclamó Kermit-. Nunca creí salir vivo de allí. -Cuénteme lo que pasó -dijo el inspector Ford. -Iba haciaSigue leyendo «Woody Allen»
Suite, por Ismael Rimoldi
Cuáles son las voces que puede utilizar un cronista en su andar por el planeta. Cuál el orden de su descripción. El presente eterno del recorrido que camina, de la conversación que mantiene, del erotismo que nos presenta, no se altera, salvo para contextualizar con algo del pasado del lugar o del personaje. Como unaSigue leyendo «Suite, por Ismael Rimoldi»
Gabriel Payares
Los payasos Este cuerpo no volverá a empezarCesare Pavese Los payasos llegaron un sábado, cuando habíamos salido de la ducha y recién comenzaba el horario de visita. Era un fin de semana fresco, de enero o de febrero a lo mejor, es difícil saberlo en este lugar. Los días empiezan aquí de la misma idénticaSigue leyendo «Gabriel Payares»
Laura Ponce
En el borde del mundo Parado acá, sobre la muralla, contemplo el páramo. Un terreno áspero, pedregoso, con pastos duros, ocasionales matas de espinos y esas plantas enormes que crecen al lado del río. No parecía mucho más cuando lo observamos desde la órbita y sin embargo nos alegró ver Beta Semaris Cuatro con nuestrosSigue leyendo «Laura Ponce»
Valentina Vidal
Cuatro horas Tu cabeza me calienta tanto, que te como la boca para estar más cerca, dijo y me fui a trabajar. Y después. Ver al jefe delante y pensar: estuve toda la noche con Lautaro y tengo dos botellas de vino encima. Dije barbaridades, pienso, y lo miro al jefe. Y si escarbo unSigue leyendo «Valentina Vidal»
Memoria de los velorios
«No vamos por el anís, ni porque hay que ir. Ya se habrá sospechado: vamos porque no podemos soportar las formas más solapadas de la hipocresía»J. Cortázar Adriana Morán Sarmiento. Al único velorio que debí ir, no me dio tiempo llegar. La vida suele sorprender y un evento que lo cambia todo sucede cuando menosSigue leyendo «Memoria de los velorios»
Roberto Montaña
Luz Roja La libertad no consiste solamente en seguir la propia voluntad,sino, a veces, también en abandonarla.Abe Kobo Se distrajo buscando el celular y no vio la luz roja del semáforo. Cuando levantó la cabeza ya tenía la senda peatonal encima. Pisó el freno y la camioneta vibró antes de detenerse con un leve estremecimiento.Sigue leyendo «Roberto Montaña»
Lucía Vargas
Diario de viajes Retiro, Buenos Aires, Capital Federal. 16 de noviembre de 2015. Me bajo del bus, llego a Córdoba capital y me instalo en lo de Mauri, mi mejor amigo. Él no cree en el poder de las energías y me mira escéptico cuando le pregunto cuántas posibilidades hay de que me toque viajar juntoSigue leyendo «Lucía Vargas»