Entrevista a Xavier Oquendo Troncoso por Ricardo Montiel
Entrevistamos a Xavier Oquendo Troncoso, creador del prolífico El Ángel Editor, sello que ha publicado alrededor de 300 libros de autores ecuatorianos y del mundo y que, junto al Encuentro Internacional de Poetas y el Premio de Poesía en Paralelo Cero –de los cuales también es fundador–, se ha propuesto “arriesgar con nuevos nombres y conseguir un catálogo alternativo fuera del canon, que nos permita dialogar con la poesía y la literatura iberoamericana”.
¿Cómo nace el Encuentro Internacional de Poetas y el premio de Poesía en Paralelo Cero?
El Encuentro Paralelo Cero nace en el año 2009 con una anécdota simple y, al mismo tiempo, importante en mi vida social-literaria (lo digo sin ironía) con respecto al reconocimiento de los bien llamados “poetas latinoamericanos” vs. los “poetas ecuatorianos” a los que yo consideraba, debían relacionarse, conocerse, formar una especie de comunidad poética.
Fue entonces cuando invité a cinco vates hispanoamericanos y 15 ecuatorianos a unas lecturas de poesía en la ciudad de Quito y en otras ciudades del Ecuador. El encuentro se dio y tuvo tal cantidad de lectores nuevos y agradecidos que me gustó mucho esta relación. Además, hubo un gran intercambio de libros, una renovación en lo referente a las lecturas y a los nuevos conceptos y formas estéticas, discusiones sobre el arte y una relación mediática importante, modos de ver el mundo, al encontrar en los autores colegas un espacio para el diálogo, la complicidad y la reflexión.
El Premio de Poesía Paralelo Cero inicia, en cambio, en el 2011, siendo solamente concebido para autores nacionales que no hayan publicado nunca un texto. Dos años más tarde se crea un premio internacional donde prime la calidad estética y poética de los textos. Los jurados siempre estuvieron conscientes de esta realidad, sobre todo tomando en cuenta que hay muchos premios en América Latina y España que ya tienen nombre y apellido antes de la misma convocatoria y que eso puede resultar un desagravio para todos los escritores que confían en sus textos escritos. El premio ha conseguido un gran prestigio literario en la región y en la patria del español. Hemos tenido ya varios autores latinoamericanos que, gracias al premio, son ya referentes en sus países y en la poesía latinoamericana.
Hay una tercera arista que no mencioné en la primera pregunta, y es El Ángel Editor, cuyo proyecto nace luego de que siguieras “un inolvidable curso de editores en la ciudad de Madrid, auspiciado por la Fundación Carolina y organizado por la SIALE (Sociedad Iberoamericana de Amigos del Libro y la Lectura), la Universidad Complutense de Madrid y de Santander”. ¿Puedes contarnos acerca de esa experiencia en España? ¿Cómo se articula la editorial con el Encuentro y el Premio, pero también con la poesía que se produce en Ecuador y en el resto del mundo?
Efectivamente, en el año 2004, gano esa beca auspiciada por la fundación Carolina y viajo a Madrid a un inolvidable encuentro de jóvenes y potenciales editores latinoamericanos. Allí conocimos a muchos de los grandes editores españoles, como Rafael Martínez Ales (director de Alianza Cien), quien fue nuestro tutor en la beca.
Ese encuentro fue muy importante para la motivación. Yo venía saliendo de otro proyecto editorial que duró algunos años, pero este curso fue el detonante para crear la editorial “El Ángel Editor”, en donde lo principal ha sido apostar por autores jóvenes y poner a la poesía en un sitio importante dentro del mercado de libros en el Ecuador. Arriesgar con nuevos nombres y conseguir un catálogo alternativo fuera del canon, que nos permita dialogar con la poesía y la literatura iberoamericana ha sido nuestro ideal. Fue así que El Ángel Editor y El Encuentro Internacional Paralelo Cero se constituyeron en una suerte de hermanos para formar este gran movimiento literario desde el Ecuador.
Sorprende la proliferación de actividades culturales que llevas adelante, no sólo desde El Ángel Editor, sino también desde ti como persona inquieta, ávida de los más variados encuentros y de que la poesía sea –parafraseando a Lautréamont– hecha por todos, y no por uno solo. Talleres de escritura, presentaciones de libros, lecturas de poesía, sorteos, tu programa “Compañías limitadas” … todos los días podemos hallar novedades en las redes con una dedicación y constancia notables. ¿Obedece a una agenda o se va haciendo todo sobre la marcha?
Hace algunos años me recluí, como una suerte de apóstol, en el mundo absoluto de la poesía y su universo “inútil”. Y es así como he logrado dedicarle gran parte de mi tiempo a trabajar para y por ella, no solamente desde mi propuesta individual como autor, y tampoco como maestro de literatura ni de escritura creativa, sino también como partícipe de acciones para acercar la poesía a la cotidianidad, a los nuevos públicos, a las nuevas tecnologías, a los nuevos formatos, a nuevos lectores que buscan referencias de nuevas sensibilidades y asombros en el arte de la palabra y que, en base a estas nuevas formas de acercamiento tecnológicas y digitales, puedan ser una especie de acompañantes en esta época de confinamiento o en otras, de crisis colectiva, de dolor social, de conmoción o de un arte supuestamente “serio”, solitario, escueto, alejado de los públicos muy ligados solamente a la academia.
Mientras más se trabaja por la literatura y por alcanzar estos nuevos públicos ha nacido, también, un movimiento muy importante para entender a los nuevos lectores y a la gran masa de personas que quieren tener una relación directa con la literatura y con una suerte de sensibilidad nueva. Por eso creo en los talleres literarios, en la conversación con autores, las lecturas de poesía, en el acercamiento de los libros digitales a las páginas web, a las redes sociales. La idea de volverse una suerte de “Influencers” de la literatura y obtener una retroalimentación importante puede ser un gran aporte para llegar a estas nuevas sensibilidades perdidas en el marasmo de la nueva era digital.
En su última entrevista, a casi dos meses de fallecer (mediados de 2009), le preguntaron a Jorge Enrique Adoum si creía que los jóvenes de su país leían y conocían la literatura ecuatoriana. Su respuesta fue contundente: “No. Ni la ecuatoriana ni ninguna otra”. Teniendo en cuenta tu trabajo de edición y difusión durante casi dos décadas, ¿cómo ves el panorama de la literatura ecuatoriana en la actualidad? ¿Se lee más que antes, se conoce más que antes? ¿Estaba Adoum equivocado?
Jorge Enrique Adoum era un crítico perspicaz y agudo de la realidad nacional y latinoamericana desde su pensamiento lógico y pesimista. El Ecuador vivió una época en donde la lectura era para un mínimo de personas que podían tener acceso a nuevas miradas estéticas. Además, Adoum tenía claro ese compromiso de un lector que no se limita solamente a leer un libro y a comentarlo vagamente desde un punto de vista que no es importante para compartir unas referencias que de verdad puedan aportar a la lectura colectiva.
Adoum no quiso adelantarse a reconocer nombres mediáticos de la literatura ecuatoriana: se dedicó, más bien, con muchísima responsabilidad, a hablar de los autores de la generación del 30 (ahora ya clásicos), de la generación del 45, de la generación del 60 y 70 dejando una obra crítica importante sobre estos tiempos, y unas antologías y unos criterios que han servido para comprender a las siguientes generaciones como una especie de espejo que se refleja en esos tiempos distintos. El lector actual está más cerca a lo tecnológico, a lo digital, a los libros nuevos en formatos distintos.
Creo que Jorge Enrique Adoum fue el más importante y preocupado poeta de la segunda mitad del siglo XX en este país y logró un gran acuerdo nacional para darle a la poesía una especie de trono dentro de los géneros literarios en Ecuador junto con la pintura y con la narrativa corta. La poesía ecuatoriana cada vez se mueve más dentro de los lectores latinoamericanos e hispanos. Ha habido, últimamente, muchos libros traducidos de autores ecuatorianos al italiano, al francés, al inglés, al portugués, muchos autores invitados a encuentros internacionales, muchos autores que han hecho maestrías en el extranjero sobre escritura y especializaciones en base a la literatura y mucha gente que ha recibido premios y condecoraciones fuera del Ecuador. Es decir, hay una nueva realidad en la literatura ecuatoriana que está mucho más visible y evidente en la crítica local y en América Latina.
Además de ti, ¿quiénes están detrás de El Ángel Editor, de la organización del Encuentro Internacional de Poetas y del Premio? Háblanos un poco del equipo.
Desde hace aproximadamente unos 10 años el encuentro necesitó de apoyo para la logística y organización del evento. Los dos primeros años lo hice prácticamente solo y los 5 años después con muy poca ayuda. Siempre he creído que los gestores culturales son entes extraños que se comprometen con algo tan abstracto y tan concreto a la vez como es el amor y la pasión hacia el arte para que se pueda dar un proyecto importante. Se trata, más bien, de un apostolado.
En la actualidad, los poetas Santiago Grijalva y Juan Suarez son quienes, junto a mí, conforman el equipo de El Ángel Editor y El Paralelo Cero. Todos hemos ido aprendiendo sobre la labor de la gestión, la difusión, la edición, la participación en las redes sociales y la interacción con la gente.
Vuelvo a tu programa “Compañías limitadas”, que transmites por Facebook, es interesante la apertura a la improvisación y el humor. Hay como un cierto gozo que no atenta en absoluto contra el asunto esencial, que es conversar y compartir el trabajo poético. Pareciera estar más cerca de la tertulia de bar que de la ceremonia solemne de auditorio, lo cual propicia cierta distensión y calidez en el encuentro. Menciono esto porque este parece ser el ánimo que impregna todas las actividades, el espíritu que sostiene todo lo que emprendes. Diera la impresión de que se la pasa bien con la poesía en Ecuador. ¿Es porque allí todos fuman “el opio de la gran altura”, aquello que escribió Michaux tras visitar Quito, o crees que sean otros los motivos de ese envidiable entusiasmo?
Es una pregunta muy bonita y te agradezco por ese criterio que le das a mi programa “Compañías limitadas” que, efectivamente, nace del nombre de un último libro publicado, en el que hago un trabajo sobre el afecto y el desafecto, la soledad y la compañía y la poesía como una especie de compañía tangible y casi humanizada en mi vida.
Me gusta mucho el mundo de los poetas, el manejo de los egos desenfadados, su idea de que si son intocables, intachables, incólumes. Esa idea de que todos los poetas tienen el poder de la verdad, de la razón, del equilibrio. Que todos son Sabios y muy pocos se leen entre sí, muy pocos son generosos, muy pocos ejercen la labor como un oficio y entonces son personas que necesitan de alguien que ayude a humanizar al oficio, a devolverle lo socialmente correcto y creo que la mejor forma es la del humor, del momento bueno, claro, conciso, amigable que la poesía debe entregar a los autores que, en verdad, la tienen como una forma de vida.
En el programa planteo esa especie de convivencia con lo ético y lo estético, con lo académico y lo intuitivo, con la seriedad y el humor, con la amistad y la estética. Es decir, parto de que el diálogo deba ser más cercano al lector que al académico para que el mundo del arte se pueda socializar.
Nos gustaría que hablaras de lo que se viene. ¿Qué proyectos hay en marcha y qué ha modificado la pandemia? ¿Qué preparas a título personal? Compañías limitadas, tu último libro, apareció en 2019. ¿Estás trabajando en un nuevo material?
He publicado 10 cuadernos de poesía desde el año 93 hasta fines del 2019. En varios momentos de mi vida me he detenido a releer mucho de mi obra y a trabajar ciertos textos que sobreviven en lo que podría ser una suerte de “libro único” que es el que, a mi juicio, escribe un poeta lo largo de su vida. Han aparecido algunas ediciones de mi poesía en varios países de América y Europa que han sido revisadas hasta conseguir que mis poemas lleguen a cierto momento estético y de convivencia con el lector y que puedan quedarse en alguna memoria.
Ahora estoy trabajando un nuevo libro de poemas de poemas en prosa que lo empecé en el año 2018 en comunión con mi maestría de Escritura Creativa. Siempre he creído que un libro debe ser distinto a otro: un nuevo registro, una voz distinta, una temática que lleve el hilo conductor en el poema, un momento fascinante y terrible de trabajo. Que cada libro produzca una entidad nueva, un discurso que suene distinto y que tenga una característica que fortalezca los discursos anteriores o que los distinga entre sí.
Cada vez tardo más en escribir un nuevo cuaderno de poemas porque tengo mucho trabajo de gestión, pero el vivir en esta atmósfera de la poesía sirve para creer, efectivamente, y sin exageración, que mi vocación es un acto de fe con mi propio trabajo. Quiero crear un universo poético absoluto y que esta relación sea importante para sentirme un servidor, un guardián de este templo extrañísimo y distinto en tiempos de este feroz capitalismo en la historia actual de la humanidad.

Xavier Oquendo Troncoso (Ambato-Ecuador, 1972). Periodista y Magister en Escritura Creativa por la Universidad de Salamanca. Profesor de Letras y Literatura. Ha publicado los libros de poesía desde 1993 en Ecuador, México, Argentina y Colombia. Poemas suyos han sido traducidos a varios idiomas. Fue seleccionado entre los 40 poetas más influyentes de la lengua castellana en “El canon abierto”, Antología publicada por Editorial Visor, en España (40 poetas en español -1965-1980-). Su obra está en muchas de las más importantes antologías de la poesía contemporánea de la lengua española. Ha sido invitado a los más importantes encuentros y festivales de poesía en Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Colombia, Nicaragua, México, Estados Unidos y España. Organizador del Encuentro internacional de poetas “Poesía en paralelo cero”, uno de los más importantes festivales de poesía de América latina, ya con 11 años de edición consecutiva. Es director y editor de la firma editorial El Ángel Editor, en donde ha publicado alrededor de 300 libros de poesía de autores ecuatorianos y del mundo, haciendo una amplia difusión de la poesía contemporánea en la región.
Revista Muu+ Mayo 2021