Pecadores de un metro y medio
Texto: Fernanda Righi / Ilustraciones: Alfonso Barbieri
Imagine el paraíso caído por el piso
fui a la ventana y mire a la cigarra
las hormigas trabajaban con sus picos y sus palas
no había nadie con carteles y nadie por mi murió, no te rías de mi
por esta canción.
“No te rías de mí”, de Alfonso Barbieri.
“Y no vayan a poner que ‘Dios es amor’ porque no lo cuento. ¡Ya están grandes!”.
A los 9 años, escribiendo a contrarreloj sobre los misterios del Rosario, era difícil pensar sobre el abandono de Dios de ese estadio puro para convertirse en… aquello que teníamos que escribir en la prueba de catequesis.
La religión y los reproches de los guardianes de la educación infantil también se toparon en la infancia de Alfonso Barbieri, músico y artista plástico argentino. Con una respuesta más osada dibujó muchos Cristos y, en lugar de INRI puso los nombres de algunos compañeritos del jardín.
“La plastilina me ponía de mal humor” se justifica.
Con los años, Alfonso hizo del humor su medio natural. “Moriría sin el humor. Es una lástima que algunos solemnes pelotudos no lo entiendan.”
Los hechos
La intolerancia respecto a los dibujos de Alfonso pareció aumentar conforme pasaron los años. Ahora verán por qué.
En 2008 el artista presentaba su primer libro en el Centro Cultural España Córdoba acompañado de una muestra con dibujos. Hacia el mediodía, un “líder” de un grupo de (cito) “católicos de inclinación lefebvrista” llamó a la Municipalidad de Córdoba, amenazando con romper todo si no se descolgaba uno de los cuadros. Los motivos: “la ofensa de sus creencias». Para que no hubiera problemas, el director del Centro y Alfonso acordaron descolgar la obra en cuestión.
No obstante, instantes antes de que comenzara el evento este mismo grupo se manifestó para cerrar la muestra. Algunos de ellos entraron, quitaron y rompieron los cuadros. Luego, con su sangre escribieron en las paredes “la sangre de Cristo”. ¿Quién podrá perdonar estas ofensas?
En las imágenes (a las que se puede acceder gracias al bendito youtube) la situación es pura confusión: mientras los lefebvristas apoyaban el accionar de los ¿fieles? con cánticos de “¡Viva la Virgen! ¡Viva Cristo!, los asistentes a la muestra los acusaban de “pedófilos” y “abusadores de niños”.
La policía detuvo a los agresores que fueron liberados a la mañana siguiente. Hasta hoy siguen sin condena. Un Dios aparte.
“Córdoba: fundada en un pozo”
A pesar de todo, Alfonso intenta recordar lo positivo: “En la puerta del centro había 500 personas queriendo entrar y que mostraron su bronca. Las imágenes son de una tensión tremenda. Fue una locura. Luego, cuando lo vi en la televisión, me sentí muy contento con esa gente. Sé que somos muchos más. ¡No les va a alcanzar la leña!” afirma.
Ante estos acontecimientos, la curiosidad lleva a la pregunta obvia: “¿Volverías a proponer una muestra con temática religiosa?”
“Obvio, estoy bocetando unos cuadros de guerras religiosas. En uno de ellos, por ejemplo, hay una escena de un ejército de rabinos luchando con una sartén en mano contra calamares gigantes. Las religiones me atraen, leer sobre ellas, investigar. Creo en la fe sin nombre. Lo que no soporto son las instituciones religiosas y sus mentiras, sus romances con los crímenes, cómo ocultan la verdad y las reglas culposas para manejar la fe de la gente me da asco” sostiene.
Excepto los cuadros que fueron quitados al mediodía. Nada se salvó del fuego, perdón, de las manos de los lefebvristas.
Los que ellos no querían que se vieran hoy los reproducimos en esta edición maldita. Disfrútenlo. El cielo puede esperar.
Revista Muu+
Diciembre 2010