Alejandro Meter

“Me interesan las historias que se ubican en los límites”

Entrevista por Adriana Morán Sarmiento

Un fuerte deseo y la necesidad por contar historias es lo que motiva a Alejandro Meter a retratar escritores agrupados en diversos temas o nacionalidades. Nacido en Argentina, donde es reconocido y apreciado en el mundo literario, se crió en Estados Unidos donde actualmente se desempeña como fotógrafo independiente y profesor de estudios literarios y culturales en la Universidad de San Diego.

Su interés en las culturas latinoamericanas lo llevó a explorar la fotografía. “Me interesan sobre todo las historias que se ubican precisamente en los límites, los bordes, las fronteras”, dice. Su trabajo tiene una fuerte tendencia a la conciencia social, una fuerte identificación con «el otro»: “Creo que tiene que ver con el hecho de siempre haberme sentido un poco fuera de lugar, un outsider que nunca logró encajar del todo en ninguna parte.”

La experiencia migratoria familiar, y la suya propia, le dejaron una impronta que transmite en sus diversas facetas como profesional, y como ser humano. “El mundo es un lugar sumamente desigual e injusto y ese desequilibrio me llevó a preguntarme desde muy chico cuál iba a ser mi lugar en el mundo y de qué manera iba a poder ser un agente de cambio”.

– ¿La línea de trabajo sobre la conciencia social es parte de tus investigaciones académicas o de una filosofía de vida?

– Ambas cosas. Mis padres me inculcaron desde muy chico una mirada empática hacia el otro y, a su vez, buscar hacer el bien, sea desde el lugar que fuere. Cuando entré en la universidad, empecé a trabajar, primero como tutor y luego como maestro de niños, todos ellos hijos de trabajadores migrantes en el sur de California, al norte de Los Ángeles. Esa experiencia me marcó para siempre y fue lo que me impulsó hacia el camino de la docencia. Además de maestro, mis tareas incluían aspectos del trabajo social, como por ejemplo explicar a los padres que la educación de sus hijos era gratuita y que no corrían riesgo de ser deportados; daba talleres a las familias sobre programas de vacunación y recorría los barrios para identificar a niños en edad escolar que estaban quedando afuera del sistema. Paralelamente, empecé a estudiar literatura latinoamericana en la universidad y decidí que ése iba a ser mi camino que, con el tiempo, se fue haciendo cada vez más claro y me llevó hacia el mundo académico universitario. Pero, incluso, mi vínculo con lo literario siempre fue desde un fuerte compromiso con la justicia social, la migración y la memoria. 

– ¿Hay influencias de algún escritor – o varios- en tu trabajo fotográfico?

– No sabría decirte si hay algún escritor con el que me identifique en lo fotográfico particularmente, pero me parece que, de alguna manera, muchas de mis lecturas siempre están ahí. Creo que la conexión, para mí, entre lo literario y lo fotográfico se me da en autores cuyas obras suelen tener ciertas cualidades cinematográficas; pienso en Cortázar o en Philip Dick, por ejemplo. Y, a su vez, pienso en la atmósfera y en la iluminación de directores como Ridley Scott y Nicolás Winding Refn, ya que me encanta iluminar de cierta manera, jugar con el color y sobre todo con las sombras.

– ¿Lees a todos los que retratas?

– Sí, tarde o temprano, leo a todos los que retrato. A veces me toca hacer retratos de personas cuyos libros he leído durante años y cuyo trabajo conozco muy bien, pero otras, me toca hacer fotos de personas que no conozco, para lo cual siempre me preparo bien. Por lo general, me familiarizo con el trabajo de la gente que retrato de antemano.

– ¿Qué género literario prefieres leer?

– No tengo preferencias de género literario, per se, como tampoco las tengo en la música, puedo decir que me gusta casi todo. Si tengo que elegir, siempre fui más lector de cuentos que de novelas. En estos últimos años, gracias al cine y a la fotografía, me he volcado hacia el género policial o negro criminal, pero también leo poesía y cuento y, como académico, claro, mucho ensayo. De todos modos, siempre me hace ruido pensar en «géneros» porque siento que siempre buscamos encasillarlo todo, hacer que todo quede prolijamente guardado en su lugar. A mi me gusta pensar la literatura y la fotografía de maneras más amplias y menos rígidas.

– ¿Cómo se complementan las  facetas de fotógrafo y profesor universitario?

– Al principio me costó muchísimo superar mis miedos e inseguridades a la hora de asumirme como fotógrafo. Durante un tiempo sentí que tenía que elegir uno de los dos caminos. En la fotografía, en un principio, corté dientes, por así decirlo, haciendo fotos de sociales y retratos de parejas y de niños. Con el tiempo surgieron posibilidades de hacer retratos de escritores para alguna revista o para alguna nota y fue ahí, sin habérmelo propuesto nunca, que ambos caminos volvieron a juntarse. Ya no tenía que elegir y me asumo como ambas cosas, un profesor universitario que también es fotógrafo. Dicho todo esto, creo que ambas facetas se retroalimentan y están siempre en diálogo. Yo diría que el hilo conductor es siempre la lectura.

*

Escritores y fronteras

En la actualidad, Alejandro realiza varias series de retratos con escritores que abarcan distintos tópicos y escenarios. Con respecto a la serie de autores del género negro en Argentina, en la que trabajó tres años, explica:

– Damián Blas Vives, director de gestión y políticas culturales de la Biblioteca Nacional, me invitó a llevar a cabo una serie de retratos de autores y autoras de género negro para la cual he realizado varios viajes en estos últimos años con el fin de retratar a la mayor cantidad de escritores posible. Uno de los pilares del proyecto es precisamente desafiar algunas definiciones en torno a este «género», para pensarlo de una manera más amplia e inclusiva. La muestra ya estaba pautada para llevarse acabo en agosto, pero la pandemia ha hecho que todo se retrase un poco. Pronto, podrán verse esas fotos exhibidas en la Biblioteca y en un catálogo.

– Otra serie es la de escritores en la frontera México-EEUU.

– La serie sobre los escritores de la frontera, por otro lado, surge a fines del 2016, cuando era inminente la llegada de Trump y su retórica del odio a la Casa Blanca. Para enero de 2017 decidí que no podía quedarme cruzado de brazos mientras se ninguneaba y se discriminaba la zona que comprende la frontera México-EEUU. Me propuse realizar una suerte de mapeo o cartografía de la frontera, de ambos lados, para demostrar que más allá de los estereotipos que se suelen asociar con esta región del mundo, que tienen que ver con la violencia y el narcotráfico, hay una enorme producción cultural y literaria con una larga trayectoria y una gran energía. Al principio me costó un poco, pero gracias a la ayuda de muchísima gente que se entusiasmó con la idea, el proyecto comenzó a cobrar forma y ahora llevo recorridos miles de kilómetros en auto y en moto haciendo fotos de autores cuyas obras siguen ocupando un lugar periférico, con muy raras excepciones, en relación con los grandes centros de cultura, de ambos lados de la frontera.

– ¿Qué esperas mostrar en cada serie?

– Depende de la serie. La de género negro es una suerte de puesta en escena con tintes lúdicos. Jugamos en diferentes espacios de la Biblioteca Nacional, desde la sala Cortázar, al auditorio Borges, a los pasillos y escaleras, la sala de máquinas, los subsuelos, en fin, creo que no dejamos rincón de la biblioteca sin explorar. Uno de los propósitos de este proyecto ha sido, a mi juicio, pensar el género negro como un espacio más amplio e inclusivo y mostrar quiénes son los autores y las autoras que escriben literatura policial o negro-criminal en la Argentina de hoy. En el caso de la frontera, creo que es importante desafiar el estatus quo y preguntarnos qué significa este lugar para ambos países y para el mundo.

– ¿Cuándo una serie está terminada?

– Creo que los proyectos mismos te dicen cuándo han madurado y cuándo están «listos». Como trabajo de forma independiente, no tengo presión a la hora de producir salvo la que yo me impongo. El proyecto de la Biblioteca está cerrado y entregado desde hace tiempo, sólo queda por ver, cómo se manejarán los tiempos después de la pandemia. El proyecto de la frontera, sin embargo, necesita aún más trabajo. Por ejemplo, llevo retratados un 80% de escritores mexicanos y apenas un 20% de autores estadounidenses, también «fronterizos» o cuyas obras se ocupan de la frontera. El año pasado me gané una beca para continuar con los retratos del lado norteamericano, pero con la pandemia, de momento al menos, todos esos viajes están suspendidos. Ni bien me sea posible, pienso retomarlos. Hay otros proyectos en etapas más incipientes de desarrollo también, como el de la diáspora judía en las Américas y otros como el que empecé hace poco de retratos de escritores indígenas, cuyas obras son escritas o bien en sus idiomas originarios, o en los idiomas dominantes.

– ¿Se podría decir que tus retratos afianzan la imagen de los escritores contemporáneos?

– Supongo que depende de cada proyecto. Por ejemplo, con respecto a la frontera, se trata de visibilizar y de humanizar una zona del mundo que ha sido muy golpeada. Sea como sea me gusta pensar mis retratos como colaboraciones en las que busco mostrar a la gente no cómo es, sino más bien como yo los veo; que es con empatía, con admiración y con un profundo respeto.

Alejandro Meter es profesor en la Universidad de San Diego (California, E.E.U.U), donde se especializa en estudios literarios y culturales de América Latina. Como fotógrafo, sus retratos de escritores han sido publicados en periódicos y revistas de Europa, Estados Unidos y América Latina. En la actualidad trabaja simultáneamente en diversos proyectos fotográficos a largo plazo entre los cuales figuran los escritores de ambos lados de la frontera México-Estados Unidos; el género negro-criminal, y la diáspora judía en las Américas.

Adriana Morán Sarmiento. Publicó Yo soy el mensaje. Ensayos de gestión cultural (UNICA, 2009); Buenos Aires, la otra ciudad. Una mirada del extranjero en tránsito (Edición independiente, Buenos Aires, 2009) y Crónicas repetidas (Exposición de la actual narrativa rioplatense, 2014). Dirige La Vaca Mariposa Libros y Revista Muu+ Artes y Letras.

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