Adriana Morán Sarmiento
El Santos vs la Tetona Mendoza (Peyote y Átomo Films, 2012) es una película de animación mexicana basada en el cómic creado en 1989 por José Ignacio Solórzano y Trino Camacho, mejor conocidos como Trino y Jis.
Una historia bizarra sobre el enfrentamiento entre dos luchadores –de lucha libre- que se aman y se odian, y que comienza cuando el Santos decide sacar a los zombis del país. Es una parodia de la sociedad mexicana. Los zombis, que vienen del sur, son los que más trabajan y pagan impuestos, así que cuando son “eliminados”, el país está a punto de venirse abajo. Hay que conocer un poco la política del país para entender algunos guiños del guión.
Temas como el sexo, las drogas, la distinción de clases y la corrupción se plantean desde la caricatura. Además, una guerra eterna entre el poder de géneros que, según nos cuenta la cultura latinoamericana, está muy asentada en México. Podríamos decir, desde la visión de quien suscribe, que, en un punto, las mujeres obtienen la dulce venganza por tanta humillación (entiéndase: años y años de abuso de la imagen del cuerpo femenino en la televisión, por ejemplo). Definitivamente, la venganza es dulce: orinar sin mojar la tapa del sanitario, es una lección que los hombres, tendrán que aprender. El personaje Santos es, definitivamente, un antihéroe profundamente mexicano, terco y machista.
La película es desaforada y realmente cómica. El tira de Trino y Jis es muy exitosa en México, por lo que no se esperar menos de la película en la que participan actores reconocidos de la televisión latinoamericana como Daniel Giménez Cacho, Demián Bichir –y sus hermanos Bruno y Odiseo-, Dolores Heredia y los mismísimos Guillermo del Toro y Julieta Venegas.
El Santos vs la Tetona Mendoza se ríe de todo, incluso del cine. Está llena de “homenajes”: una canción al estilo “USA for África” llamada Zombilaridad; cierre con baile al estilo Bollywood; acciones de guerreros en cámara lenta, coreografías de animaciones japonesas, frases y escenarios. Esta película tiene zombis, políticos, policías, fútbol, un burdel, armas, drogas y hasta un peyote que habla.
Zombilaridad
Calificada por algunos críticos mexicanos como “un viajecito canábico”, se le reconoce también como la primera película animada que supera otras propuestas más sosas y aburridas realizadas en el país, debido al sinsentido y la aventura de sus creadores. Incluso, paralelo al estreno de la película, se publicó un libro en el que se explica el proceso de animación desde las tiras originales que se leen en un diario mexicano y tiene material inédito como entrevistas a los creadores y a los directores del filme. Un gran paso en la industria mexicana de la animación con un valor inédito: el soundtrack de Lynn Fainchtein (The Paperboy, Biutiful, Amores perros, entre otras)
Cabe destacar la inclusión de uno de las escenas más famosas de la telenovela mexicana conocida como “maldita lisiada” e interpretada por la inigualable Itatí Cantoral. Cultura mexicana con la que hemos crecido, representada en la exageración de la mujer que ama.

Revista Muu+
Octubre 2014