Catalina López B / Fotos: Herman Marbe
Dibujar es robarle tiempo al tiempo, parecer perderlo en la acción y en realidad haberlo ganado en el resultado. El dibujo es regresión; vuelta a la infancia, a la mano, al papel, al color, y a la palabra que lo dispara. En esta época de teclados y pantallas, enfrentarse con dibujos es detenerse y dejarse ir al interior de ese tiempo robado por otro, atrevido, diestro o zurdo; encontrarse al dibujante.
Hoy quiero presentarles a Julián Urrego, un pintor de formación que a dibujar dijo siempre que no. Vive en Medellín, Colombia y así no viaje, su bitácora es la colección de imágenes que transportan al que ve a esa, siempre necesaria, otra parte.
Revista Muu+
Abril 2014