Marcela Casarino

Underground

Underground surgió de una extensa búsqueda interior, cuando en un comienzo luché entre un par de ideas previas descartadas no por imposibles sino por atemporales, mientras este proyecto estaba latente en mí, casi sin que yo me diera por enterada.

La atracción por los “músicos subterráneos” me acompañaba desde hacía años, cuando me detenía a escucharlos sin darme cuenta de que además de oírlos los estaba observando detenidamente. Fotografiando en mis retinas los movimientos de las manos, los gestos de concentración, la luz egoísta de los pasillos, el brillo de los instrumentos en contraste con la oscuridad de los túneles. Y de repente me asaltó la idea de acercarme a uno de ellos con mi curiosidad a flor de piel y un deseo irrefrenable de captarlo lo más fielmente posible, según mi percepción de la imagen.

Cuando pregunté por primera vez si podía tomar unas fotografías mientras tocaba, el músico cuestionado me devolvió un “¡sí, por supuesto!” que hizo eco a lo largo y a lo ancho de Congreso de Tucumán, la estación Terminal de la Línea D de Metrovías. Así comenzó un imparable ir y venir por las Líneas del Subte, haciéndome experta en combinaciones, horarios y estilos de cada una de ellas. Empezando también una serie de gratificantes amistades con varios de los músicos, quienes pacientemente respondían mis preguntas, saciaban mi sed fotográfica y esperaban ansiosos ver las fotos tomadas. Y se tejió una red de “contactos de colegas musicales” que se enteraban del proyecto y me escribían para contarme que estaban en tal o cual estación, esperándome para deleitar mis torpes oídos indoctos con  la pasión del jazz, la alegría de la bossa, el entrañable dos por cuatro de los tangos, la bien plantada personalidad del rock o la suavidad de la música clásica.

En estas imágenes temo no hacerle justicia a la pasión ajena, pero soy totalmente coherente con mi apreciación del trabajo de estos músicos que diariamente se plantan, instrumentos en alto, tratando de competir mediante sus armoniosas notas contra el rugido de los trenes en los rieles que carcomen las entrañas de Buenos Aires; llenándose el ego con la colaboración de la gente que no es indiferente al regalo musical que durante unos segundos los saca del apremio de la rutina y los horarios.

Marcela H. Casarino.-

Revista Muu+
Diciembre 2013

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