Metamorfosis callejera

Desde que empecé (casi una década) me pregunto cuál es el motor que me impulsa a pintar en la calle, ya que para llevar a cabo los stencils invierto tiempo, esfuerzo y dinero. Pero si hay algo seguro es que ver la obra terminada y chequear si esa intervención fue alterada por otros artistas o si sobrevive, es emocionante.
El Street Art es efímero, puede durar sólo algunas horas. Y si sobrevive, se convierte en un arte en plena metamorfosis. El paso del tiempo, los cambios de estación, el día y la noche son factores que alteran la obra y la percepción que los transeúntes tienen de ella.

En la calle se concentra toda clase de público, y por ende, muy diversas opiniones. Hay algunas personas indiferentes, otras que aprecian las pintadas como obras de arte y también, las que creen que es una mierda.
Recuerdo que en los comienzos salía a pintar entre las 2 y las 5 de la mañana, durante los días de semana, para evitar los encuentros con gente que pudiera molestarse por las pintadas. Ahora, salgo durante el día y por lo general, nadie se molesta.

En el momento de diseñar trato de alterar las imágenes, de darles ‘una vuelta de rosca’. Mis viejas pintadas no superaban los 30 centímetros, ahora corto stencil de más de 3 metros. Casi siempre tienen una historia o un mensaje determinado, pero no me molesta si no se entiende o no gusta, porque lo importante es que a mí me guste el resultado. Pinto para todos, pero primero pinto para mí.
STENCILLAND
http://www.flickr.com/stencilland
http://www.facebook.com/stencilland
stencilland@hotmail.com

Revista Muu+ Junio 2011