
Gula textil contraída en la infancia entre suaves sábanas y lienzos ilustrados con escenas de bosques y animales fantásticos teloneando en las ventanas.
Gula contraída entre mantas velludas tiradas a los pies como un perro fiel, entregada a la tibieza acariciada de lo suave y lo áspero, a las lanas chupadas con sabor a rico, al perfume de la ropa limpia como un amanecer.

Gula cultivada, trocada en besos y caricias sobre la piel.
Gula textil temida en los mil ojos de ausencia tejidos en los crochet de la abuela.
Gula cómplice de la belleza advertida en todos los espacios, rincones y repisas de la casa, en los posa vasos, en los posa floreros, en los posa sueños, en los posa tiempo.

Gula familiar de bordados, zurcidos, confecciones, tejidos. De las blancas servilletas y manteles, de las telas cautelosas, atrevidas, éticas, impúdicas, marchitas, desenfrenadas, apáticas, provocadoras, perfumadas, dañinas, cariñosas, picantes, híbridas, de las omnipresentes, las deseadas, las amigables.

De las transparentes para desnudar, de las pesadas para ocultar, para percibir tu cuerpo y el mío, para sentirlo próximo o ajeno, para juntarlos, para separarlos y volverlos a juntar.
Gula de la santa tela.
Gula de la maldita tela.
Textilizan:
Silvia de Paula
Constanza Martínez
Rosa Skific
Miguel Ángel Cárdenes
Texto: Rosa Skific
Fotografías: Silvia de Paula

Revista Muu+ Abril 2011