Pintor autodidacta. Desde niño tuvo necesidad de expresarse a través del color, pero no fue hasta 1999 que esa necesidad explotó sobre el lienzo.
A continuación presentamos una selección de los Chicos Lartigue. Una serie que, desde 2007, lleva al pintor a cuestionarse sobre el ser humano y la represión del arte.
¿Hay algo prohibido detrás de esas máscaras?
Lartigue lo explica con su pincel y sus propias palabras.

Sexies, taxi boys, dioses adorables, pecadoramente seductores.
Los Chicos Lartigue reivindican la carga erótica de la imagen del cuerpo masculino los que sufren represión en la historia del arte.

Absolutamente antropomorfizados, ponen de manifiesto la estrecha unión entre el hombre y el animal. Ellos nos invitan a apreciar la belleza en todo su esplendor.
Sensuales, espontáneos y vulnerables, tienen alto éxito amoroso.

Con sus miradas, los Chicos Lartigue están invitándonos a un juego sexual, sensualidad, atracción, erotismo. Quiero tocarlos.
Me erotizan, me excitan, tengo erecciones mientras estoy en el proceso de su creación.

Si vendara los ojos de los chicos me resultarían aún más enigmáticos, me invitarían a un juego más audaz. Algo más para develar.
Quisiera verle la mirada, quién es, qué es lo que quiere, qué busca, hasta dónde sería capaz de llegar…
Revista Muu+ Octubre 2010